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Vivan las noches, el sol, la sal en tus labios.

Vida subtitulada

Vida subtitulada

La chica que vende pastelitos ya no parece la niña buena que ofrece con una sonrisa un asqueroso y plastificado pastelito de color verde. Ver como le subían los colores en el Bacharach ya fue una experiencia realmente indescriptible. Siempre me han gustado las chicas que cambian de color. Asomado toda la noche al balcón de su escote he dejado que el tiempo pasara, así, sin más. Simplemente disfrutando de sus gestos.

Ahora escucho canciones, grandes canciones para mi, no entiendo como todavía, a mi edad, se me puede poner la piel de gallina con una canción. En la radio no encuentro nada decente que escuchar. La excepción siempre es Radio 3, creo que es lo único decente del dial. Deberían hacer algo en televisión. Es lo que pienso cuando veo 40TV por no decir 40Latino, mucho peor que su hermana.

Veo pasar desde la ventana de mi casa a una pareja de enamorados. La chica es preciosa. Pelo negro, liso, muy Amelie, pequitas, ni delgada ni gorda. Le acompaña su novio, es feo, gordo, sucio, y seguro que mala persona. El mundo es injusto. Tengo ganas de playa, voy a mover ciertos contactos para planear un fin de semana al sol. Quiero que se me pegue la arena a los pies, que se me pongan los mofletes rojos. Quiero sentir ese olor a playa que me encanta, ver la playa vacía mientras recorro el paseo marítimo en busca del atardecer. Quiero ver inglesas en topless y tanga, y saborearme los labios salados.

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