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Vivan las noches, el sol, la sal en tus labios.

La japonesita

La japonesita Esto sucedió hace unos meses en una noche de verano.
Eran casi las dos de la madrugada y un taxi me dejaba en la puerta de un bloque de pisos en el centro de la ciudad. Subí. Abrió. Por fin la tenía delante de mí.
A partir de ese momento no pude ver mucho, entré en un inmenso piso en penumbra, tropezando con juguetes y sillas. Pense que acabaría echándome a la calle porque me cargaría de un pisotón el juguete favorito de su hermano pequeño que dormía en la habitación de al lado. A parte de la penumbra, ella me hablaba susurrando. "Habla bajo" mi hermano duerme.
Ella llevaba un albornoz blanco, debajo nada. "Me acabo de duchar" dijo. Era y es guapa, habla mucho, cosa que agradecí ya que así compensába mis silencios.
Me pasó a un sofá grande, allí nos sentamos y comenzámos a hablar mientras las lucecitas wifis parpadeaban una y otra vez.
Yo cada vez me cortaba más, ella hablaba de muchas cosas, pero empezó a hablar sobre la polla inmensa de su amigo, "no le caben los condones", decia... sobre como le acabó enseñando las tetas a otro amigo casado... Pensé que yo era una mierda... a mi sí me caben los condones...
La penumbra no me dejaba disfrutar de toda su belleza, pero su olor, su voz, su simpatía...De repente, en un momento de lucidez, y después de estar hablando casi una hora, se me ocurrió la ridícula frase: "¿me enseñas tu habitación?" ...
Después de ver su habitación y pasado un incómodo silencio, ella decidió meterse en la cama... "puedes meterte tu también si quieres" ...
Unas tetas suaves, grandes, perfectas, aparecierón ante mí. Descubrí, por primera vez en mi vida, los pezones "retráctiles", en reposo se encontraban en el interior del pecho, es decir, estaban en el interior... que dificil es de explicar... pero al chuparlos y aspirar hacia dentro con mi boca, salian llenos de vigor y jugueteaban con mi lengua.
Me encantaba su voz aniñada mientras gemía, me encantaba como movía su culo. Me gustaba tanto que no pude evitar pedirle que dijera su edad mientras mis dedos ocupaban sus mojados orificios, me daba mucho morbo oirle decir "diez y nueve", "diez y nueve".
Dios mío.. ¿por qué soy tan morboso?...
De repente la llamé perra... no lo pude evitar, pensé que me mandaría a la mierda... pero sorprendentemente para mí, le gusto.... su preciosa boca y su dinámica lengua hizo que acabará corriéndome en un intenso orgasmo, me gusto el detalle de que siguiera pajeándome hasta pasado el momento, me hizo disfrutar de un momento que muchos hombres desaprovechan, mi postorgasmo es maravilloso.
He de reconocer que he vuelto a masturbarme con ella, viendo sus fotos, imaginándola junto a su amiga haciendo cualquier fantasía morbosa, viendo sus preciosas tetas por webcam... etc....

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