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Vivan las noches, el sol, la sal en tus labios.

Placeres descubiertos

Placeres descubiertos

El culo en pompa, las rodillas clavadas en el suelo y las bragas bajadas hasta los muslos. Así esperaba, arrodillada y entregada, la llegada de su Amo. Acerqué mi mano a su trasero, lo acaricié suavemente y le di una sonora palmada. Até sus muñecas con la cuerda de algodón, subí su cabeza y la acerque a mis labios. Nos besamos y escupí dentro de tu boca, a partir de ahí, las sensaciones más dificiles de sentir y de descubrir se fueron sucediendo una tras otra y cada vez con mayor intensidad.

Por fin te sentías realmente como la sumisa que siempre habías querido ser. En tu interior, cada noche, esas fantasías atormentaban tu mente, pero por otro lado te excitaba enormemente pensar en ser dominada y sentirte la perrita sumisa de un Amo que supiera darte todo lo que fantaseabas en solitario. Por fin eras humillada como querías y sentirte usada sexualmente ya era una realidad que superaba las fantasías más excitantes. Esos sueños, que a nadie contabas, ni a tu mejor amiga con la que no tenías secretos, por fin se hacían realidad. Las situaciones morbosas y enórmemente excitantes y placenteras disparaban todas las sensaciones que habían sido reprimidas durante años en sueños húmedos y silenciosos.

La sesión duró lo suficiente como para descubrir que no debemos reprimir nunca más los momentos que nos brinda el maraviloso mundo del BDSM sano, seguro y consensuado. No lo reprimas si es lo que quieres.

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