Blogia
Vivan las noches, el sol, la sal en tus labios.

Encuentros en la tercera fase

Siempre me contabas cosas nuevas. No sé como lo hacías. Aquella noche mientras te abrazabas a mí y liabas las piernas con las mías comenzó todo.

Me hablas de ella, me dices que la conoces solo por
webcam, que tampoco hablas mucho con ella, pero que te
dió su número de telefono para quedar a tomar algo.
No me gusta quedar a "tomar algo", me siento soso, sin
saber que decir y con cara de tonto ante una persona
que no conozco de nada.
La acompaño. Ellas dos se "ciberconocen" y entablan
una animada conversación salpicada de risitas
nerviosas y chistes tontos. Yo no digo nada. Las
observo y sonrio sin saber porque lo hago. Ella me
presenta como un amigo, lo que somos.
- Te presento a M, es un amigo.
- Hola C, ¿qué tal?
- Hola M, muy bien, B me ha hablado mucho de tí...
Mi cara refleja la sorpresa y no puedo dejar de pensar
porque no me ha dicho que le ha hablado de mí.
Sigo callado. Ellas hablan y hablan. De vez en cuando
la chica nueva me pregunta algo, cosas sin
importancia, lo típico. Yo respondo mecanicamente y le
vuelvo a preguntar su misma pregunta. Ella se rie todo
el tiempo. No sé que le hace gracia. Me pone nervioso.
- Vamos un momento al baño
- Aquí os espero, no tardéis.
Ellas me dejan y se van al servicio. Tardan... me
aburro... me canso... me agobio... quiero irme. Miro
las caras de los demás clientes. Estúpidas señoras de
abrigo de pieles y uñas pintadas de rojo eléctrico me
rodean. Es como una pesadilla.
- Perdona M. Ya estamos.
Dice B mientras me pasa la mano por la espalda como si
fuera un cachorro pequinés.
Son las 6 de la tarde y por fin salimos de la
cafetería. Una bocanada de tremendo cierzo nos azota a
cada esquina. B se agarra a mi brazo y C, a su vez,
hace lo mismo con B.
El viento hace que la ropa se me pegue al cuerpo y mi
cazadora se hinche por la parte de atrás. Odio el
viento.
Nos dirijimos a casa de C, vive cerca según me han
dicho y nos invita a B y a mí.
C tiene 23 años, es de otra ciudad del sur de España.
Trabaja aquí desde hace 2 meses. No tiene amigos y
cada vez que puede viaja a su ciudad de origen donde
vive su novio.
- Le echo mucho de menos. Dice, mientras intenta
sacarse una párticula de polvo que ha entrado en uno
de sus ojos.
El piso de C es bonito. Es alto y tiene unas vistas
preciosas. Hablo con B mientras ella nos deja porque
según ha dicho va a "ponerse cómoda"...


CONTINUARÁ.

0 comentarios