Blogia
Vivan las noches, el sol, la sal en tus labios.

Cuanto el hambre aprieta.

Cuanto el hambre aprieta.

- Tengo mucha hambre.

- No busques, no hay ningún sitio por aquí donde den comidas. Le conteste mientras le miraba las tetas.

- Jo... tengo hambre...

- No busques más, cómeme a mi.

 

 

1 comentario

No me olvides cuando haya muerto -

No me olvides, por favor te lo pido. No importa si vuelves o no lo haces nunca. Pero no me olvides.

Yo te estaré esperando, creyendo que no me olvidas. Será como mi ilusión, pero sin mi esperanza. Seguiré pensando que simplemente, te fuiste de vacaciones. Largas o quizás eternas. Deseando regreses de ellas.

Sin conexión. O sin sintonía. Pero recordándome.

Cada noche vivida y cada conversación escrita. Las que no escribimos también. Las que callamos, las que soñamos tener. Las que quisimos tener. Y las que hubiéramos querido no pronunciar.

Tu lugar no está a mi lado, y lo sé. Pero está en mi fantasía. Como si todo hubiese sido perfecto. Como si nunca nos hubiésemos quedado sin Internet.

Piénsame. Masturbándote o llorándote. Piénsame en otras mujeres. O si quieres hazlo en otros hombres, los que yo estaré besando mientras te pienso.

No me pienses si no quieres, es demasiado fácil, dejar de querer pensar y luego pensar si quieres. Sé libre. Para amar, para odiar, para no sentir nada. Para sonreír cuando me recuerdes o excitarte cuando mi cuerpo vuele hacia el tuyo en tus eróticos sueños.

Pero no te quiero libre para olvidarme. Te quiero preso. De mi recuerdo.

Porque yo te pienso todos los días.

Porque yo no te olvido.

Porque vuelvas o no, yo no echo al fuego ni uno sólo de los besos que me diste o no, por muy fría que sean mis mañanas tristes desde que te fuiste.

Sí, lo sé, esta última frase no es mía, la cantó Serrat, y yo no sé cantar.

Pero sé que lo único que quiero de ti es que no me olvides.

Aunque no vuelvas a mezclarte, perfecto, entre mis sábanas.

Y no es amor, es egoísmo. Es el egoísmo de querer ser, para ti, tu recuerdo.