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Vivan las noches, el sol, la sal en tus labios.

Sabores

Sabores Deborarte a besos y desbordarte de placer, no pensaba en otra cosa en aquel instante.

Te tumbaste en mi cama completamente desnuda. Tu mirada tímida me observaba mientras buscaba el pañuelo negro con el que iba a tapar tus ojos. Hace tiempo que querías probar esta fantasía que tantas veces había mojado tu sexo, cuando te ibas a la cama, en casa de tu madre y tenías que apagar tus gemidos para no ser descubierta dándote placer.

No perdí más tiempo. Te beso despacio, disfrutando de tus labios, sin prisas me puse en busca de una de tus orejas. Recorrí el laberinto de las dos, descendiendo por la parte trasera de cada una. Sentía tus manos en mi espalda deslizándose hasta alcanzar el culo, volvían a subir hasta mi nuca donde enredeabas tus dedos en mi pelo para a continuación volver a bajar.

Tu cuello eterno. La cabeza inclinada hacia atrás facilita mi paseo por él. Oigo tus primeros gemidos de placer. Son silenciosos y profundos, la venda te ha desinhibido totalmente y te dejas llevar sin ningún tipo de temor. Mis manos acompañan los besos y recorren las tetas. Busco los pezones, los beso, los saboreo, los lamo, los adoro, no sé cuanto tiempo estoy con ellos, pero ¿qué importa el tiempo ahora?. Los siento erectos dentro de mi boca, disfruto de la textura tremendamente excitante cuando rozo con ellos mis labios.

Tus caderas me indican el camino donde desembocaré mi río de pasión. Bajo por tu abdomen y me siento en un oasis cuando noto tu ombligo en la boca, lo lleno de saliva y chapoteo en él mi lengua a la vez que mis manos se introducen debajo de tu culo levantándolo ligeramente. Cada vez estoy más cerca pero no tengo prisas, bajo delicadamente en busca de tus ingles. Abres las piernas y observo tu coño mojado, brillante, depilado, suave, enrojecido, totalmente abierto, como si llevara horas esperándome. Pero no es el momento, quiero que explotes como nunca cuando le toque su turno, quiero calentarte tanto que un ligero roce de mi lengua en el clítoris te haga gritar y gemir sin control.

Tus ingles me envian directamente a la parte baja de tus gluteos. Apoyas los pies y subes la cadera para facilitar que mi lengua acaricia una de las partes más sensibles y olvidadas del cuerpo de una mujer. Me deslilzo por el interior de tus muslos, la sensaciones se multiplican en la piel más suave y sedosa de las piernas. Estoy cerca de tu sexo y eso te excita cada vez más. Bajo hasta los tobillos, los circundo con la lengua y disfruto de los diez deditos de los pies. Los succiono despacio, me excita notar como se mueven dentro de mi boca, no me olvido de ninguno y cada uno tiene su minuto de gloria.

Llego el momento de subir hasta tu excitado coño. Directamente me dirijo a él. Tus manos acarician mi cabeza y me empujan contra él. Estás totalmente sin control, los jadeos se disparan hasta alcanzar tonalidades altísimas. Gritas y me dices que no puedes más mientras empujas mi cabeza cada vez con más fuerza contra tu sexo. Lo recorro totalmente, primero por la parte exterior, desde el clítoris hasta el perineo, el olor que desprende dispara la intensidad de mi lengua. Lamo los labios interiores que se abren totalmente para mí, siento como te retuerces, como te convulsionas y entiendo que muy pronto vas a explotar llenándote de placer.

Coloco mi lengua sobre tu clítoris y comienzo a pajearlo con los labios, siento su sabor cada vez que lo succiono. Mis dedos se introducen dentro de ti, bebo cada una de las gotas de tu flujo. Suspiras de placer. Pides que no pare, das un respingo cuando uno de mis dedos se introduce poco a poco en tu culito, tus caderas se mueven cada vez con más intensidad preludio de un intenso orgasmo.

Al instante, un fuerte gemido dispara todos tus sentidos al máximo. Un profundo orgasmo recorre todo tu cuerpo desde la punta de mi lengua a tu espina dorsal. El fuerte momento de placer se prolonga hasta que tus jadeos se calman y tus caderas, por fin, descansan. Estás exhausta, sudando sin cesar. Quedas tendida en la cama con una bella sonrisa de satisfacción, que se transforma en un delicioso beso con sabor a tu sexo.

Ahora era tu boca la que golosamente preparaba su turno.

8 comentarios

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Muchas gracias, deseo que hayas disfrutado intensamente. Sigue visitando y comentando cuando quieras.

--- El mié, 6/4/11, Blogia

Anónimo -

Mmm solo diré que me ha encantado... perfecto...

LaRa -

Buen texto...sugerente...
Muakis

María Lasciva -

Excitantemente delicioso!
***besitos lascivos***

canela -

hola feo!!¿¿qtal??yo rendida...jaja, pero aguantando como una valiente!!
seria genial q me hicieran todo todo todo lo q has escrito... :P !!!
un besito! :*******

Debo -

me a encantado el texto.puede imaginarse una misma siendo la protagonista?
ser deborada a besos.. ;)

Alicia -

No hay nada mejor que cuando alguien te hace bien el amor con los ojos vendados...

que mar de sensaciones!!

¿has jugado alguna vez a lo mismo pero los dos con los ojos vendados? te lo recomiendo, ademas de divertido es tremendamente excitante, sobretodo cuando los cuerpos sin querer se van encontrando

selene{S} -

muchas felicidades por el blog y el acierto de las fotos.

me ha encantado!

selene{S}