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Vivan las noches, el sol, la sal en tus labios.

Pero después, al amanecer no nos daremos ni cuenta.

Pero después, al amanecer no nos daremos ni cuenta.

Junto a la estantería, donde guardas los libros y los dvds, justo a la izquierda de tu cama, con la ventana al otro lado proyectando esta intensa luz de Octubre. Me acerqué lentamente, con sigilo, en silencio. Me puse detrás de ti, rozándote ligeramente para que pudieras sentir mi presencia.
Acaricié tus caderas, tu cintura y tu abdomen con una suavidad extrema. Me gusta verte con esa falda pero más subirla y pasar la yema de mis dedos por tus nalgas de piel de melocotón. Las rocé como si mis dedos fueran mis labios. Deslicé tu ropa hacia arriba hasta acceder con comodidad a tu tanga negro. Acercaste el culo a mi cuerpo, abriste las piernas ligeramente.
Rozaba tu suave chochito y otro de mis dedos penetraba dulcemente tu culo en pompa. Un movimiento suave pero continuado hizó que tus caderas comenzaran a moverse y tus jadeos tenían cada vez más volumen. Estabas tan dilatada que los dedos pronto fueron poca cosa. Me pedías más en cada gesto, en cada jadeo. Abriste las piernas mucho más, inclinaste tu cuerpo y apoyaste las manos contra la estantería con los brazos bien abiertos. Te follé a la vez que te retorcías de placer. Pero eso no fue todo, estabas ardiendo, querías algo más, penetré tu culo despacio, gritaste un poquito, a la vez que decías: hasta dentro... me corrí dentro de ti, sentí un placer intenso, único, me quedé en tu interior, con la cabeza apoyada en tu espalda, sintiendo en mis labios las gotas de tu sudor salado.




En serio.

Voy a secuestrarte un beso y pediré un millón de rescate.

 

 

 

 

 

Confesiones

Confesiones

Puedo pasar largos momentos disfrutando del placer de comerme un coño sin cansarme, excepto el dolor de mi cuello si la postura no es muy buena, es bueno ir variando. Me gusta disfrutar del placer que está viviendo la otra persona, sin correr, despacito, metiendo la lengua profundamente, succionando el clítoris, frotando y acariciando cada rinconcito, recorriendolo hasta el orificio anal, respirando el olor de la pasión y el deseo, bebiendo sus ricos jugos. Es un placer sentir las contracciones de la dueña del coño cuando un intenso orgasmo la convulsiona de arriba a abajo. Mi lengua presionando el clítoris y mis dedos en un mete saca continuo que dispara los gemidos. Siento la sensación de que su cuerpo es mío y lo conduzco a la meta que cada segundo que pasa está más cerca. Me gusta dar placer hasta que las caderas en un movimiento rápido se elevan, sus manos se aferran con fuerza a lo que tiene más cerca, mis dedos quedan aprisionados en el interior de la vagina y mi lengua captando en su sexo cada segundo electrizante del orgasmo.

De colores se visten las flores

De colores se visten las flores

SigMund Freud: Bueno ya estamos donde siempre has querido. Ya es hora de comenzar.

Virginia Woolf: Por fin, deseaba tanto este momento, necesitaba sentir esto de una vez por todas.

SigMund Freud: ¿Prefieres sobre mis piernas o algo novedoso?.

Virginia Woolf: Decídelo tú, sabes que yo soy muy obediente.

SigMund Freud: Hay que respetar las tradiciones. Empezaremos sobre mis piernas.

Virginia Woolf: Ummmmmmmmmm... estoy deseando verlo coloradito.

SigMund Freud: desnúdate. Todo menos la braguita.

Virginia Woolf: Ya estoy mojada y no me has tocado todavía... voy a terminar chorreando.

SigMund Freud: Gatea despacio hasta aquí y ni se te ocurra tocarte.

Virginia Woolf: Para eso estás tú. No me tocaré aunque lo desee con todas mis fuerzas.

SigMund Freud: Colócate así, no, mejor así, muy bien. Cierra los ojos, respira hondo. Vamos a disfrutar...

 

 

Masajes

Masajes

Pués sí, hoy he tenido la suerte de terminar de leer un libro muy interesante sobre masajes. Es un arte que siempre me ha llamado la atención. Un masaje es un océano de sensaciones para las dos partes, tanto si lo das como si lo recibes. He podido disfrutar en los dos lados y para mi sería muy difícil tener que elegir. Dar placer o recibirlo. Pienso que las dos ideas van unidas si lo que se quiere es alcanzar la plenitud.

Me gustan los masajes de toda la vida, esos en los que las manos son el pincel y la espalda el lienzo. No hay nada más relajante para una espalda cargada o un cuello tenso. Disfruto enormemente deslizando mis manos desde la nuca al final de la espalda, y se me eriza la piel cuando yo soy el que está tumbado bocabajo y unas manos femeninas se recrean. Podemos decir que este masaje es el más común y el que todos conocemos. Pero... ¿cuantos tipos de masajes hay?. Infinitos diría yo. La imaginación al poder.

No limites tu idea de masaje a tus manos y a una espalda. Todas las partes del cuerpo son susceptibles de ser masajeadas y con todas se puede realizar un masaje placentero y lleno de morbo. Deja volar la imaginación y disfruta de la libertad de la mente y el cuerpo. Los lugares donde dar un masaje darían para otro post. Es bueno variar, no limitarse a la cama, existen muchos otros sitios donde disfrutar de situaciones morbosas. Me encanta hacer del masaje un acto sexual y sensual.

Me centraré en su masaje. Siempre sonriente, labios carnosos y rojos, con esa mirada de ojos grandes y esa sensacion de inocencia que me transmite cada vez que me mira. La recuerdo desnuda, rasurada para mi y recien duchada. Las tetas se deslizaban por mi espalda mientras sentía su respiración en mi nuca. Una y otra vez, sin cesar, una maravilla. El tiempo pasaba tan rápido y eran tantas las cosas por hacer que me quede con las ganas de seguir masajeándonos durante horas.

Seguir pasando por las nalgas sus exuberantes pechos, mientras su lengua humedecía la piel por donde, acontinuación, iba a deslizar sus ya erectos pezones que, cada vez, se pondrían más duros, debido al roce con mi piel. Girar mi cuerpo y no cesar el "paseo" de las tetas por todos los poros de mi desnudez. Unir nuestros pezones a la vez que lo hacen las lenguas, presionar las tetas contra mi pecho, mi abdomen, mis muslos, mi sexo. Un masaje que engancha, lleno de pequeños detalles intensos que dispara las ganas de volver a repetirlo cuanto antes para aumentar los juegos, explorar nuevos rincones y disfrutar con cada suspiro de ella.

Mira como me masturbo

Mira como me masturbo

Suficiéntemente excitado, así me encontraba después de nuestra charla. Me quité la camiseta, la dejé sobre el brazo del sofa. Después, desaborché mi pantalón, bajé la cremallera y lo dejé en el mismo lugar que la camiseta. No me quité el calconcillo que comenzaba a aprisionar mi creciente polla. Una de mis manos se deslizó desde mi abdomen a un pezón. Lo pellizqué fuertemente, una sensación de dolor y placer se entremezclaba llenándome de gozo. Lo acaricié con suavidad, disfrutando del ligero cosquilleo que me producía un gran placer, enseguida noté como se endurecía poco a poco. Mojé mi dedo y volví a pasarlo por el pezón y soplé ligéramente. Se endureció mucho más y se hizo más sensible debido al frío de la saliva y el ligero soplido. Mi respiración aumentaba de ritmo y mi sexo de tamaño.

Ya no pude aguantar más y sin dudarlo, con la otra mano comencé a pasar los dedos por mi polla. Note la punta mojada, pasé entre los huevos, bajé hasta el límite del ano y volví a subir hasta asir con pasión mi sexo endurecido. Mis dedos se centraron en la parte más sensible del pene. Lo acariciaban con suavidad, disfrutando de cada pliegue y cada forma del prepucio y del glande. ya endurecido y muy sensible, necesitaba seguir hasta el final.

Decidí seguir mientras cambiaba de habitación. Ando desnudo y excitado por el pasillo hasta llegar a la cama. Abro las piernas mientras me acomodo sobre la blanca sábana. La luz entra por las rendijas de la persiana creando una atmósfera sensual única. Estaba con las piernas muy abiertas sin dejar de masturbarme, mis labios humedecidos y sin soltar mi polla con una mano, mientras con la otra recorro el resto de mi cuerpo. Por mi mente no dejan de pasar destellos de tu cara, tu pelo, tus pechos, tus caderas...

Los primeros espasmos se acercan, noto un ligero cosquilleo que recorre todo mi ser, desde la espalda a la punta de mi sexo. Entonces, mientras el mundo se para y sólo oigo mis jadeos entrecortados, abro ligeramente los ojos y te observo mirándome fíjamente a la vez que susurras palabras de deseo muy, muy despacio.

Cochex

Cochex

Me senté en el asiento de tu coche, me diste dos besos castos y me pediste que me quitara la camiseta que llevaba, acercaste tu cara a mi cuello y deslizaste la lengua desde mi garganta a uno de mis pezones. Un mordisco rápido seguido de una fuerte succión arrancó mi primer gemido. Tu mano desabrochó mi pantalón con habilidad y se introdujo dentro de mi calzoncillo, sujetaste con firmeza mi polla. Los pantalones ya estaban en mis tobillos y mi ropa interior enrollada en mis muslos. Me atrajiste hacia a ti para masturbarme con comodidad mientras nos besábamos y tocábamos sin cesar. Ya estábamos juntos, aunque seguía temblando, pero de placer.

 

 

Despertar

Despertar

Una brisa imaginaria recorre mi cuerpo desde mi nuca a mi trasero cuando te veo despertar a mi lado. Una sonrisa de buenos días, un roce de tus labios con mi pie y una caricia en mis mejillas.

También despiertas mi sexo cuando me miras así o cuando te veo caminar desnuda por mi habitación. Sé que te gusta jugar y sentirte mojada gracias a mi. ¿Hay forma más romántica de demostrar el Amor de verdad que mojándote por tu pareja?. Nos derretimos como dos helados de limón al sol de Julio cuando nos deslizamos bajo las sábanas para saborear los dulces manjares de nuestros sexos. Tragas con pasión mi polla flácida y siento como crece dentro de tu boca.

Eres única haciendo, imaginando, soñando. Disfrutamos del placer de cabalgadas con el único objetivo de dar más al otro que a uno mismo. No hay mejor manera de sentir placer que olvidarse de uno mismo y dejarse llevar por la otra persona, concentrarse en ella para darle todo el gozo máximo del que seas capaz. De este modo las sensaciones propias se disparan hasta la locura, los orgamos me llegan intensos, desbocados, por sorpresa.

Tu cabeza se posa en mi pecho mientras recupero el aliento, escuchas el sonido de mi corazón que te da las gracias y te dice una vez más, que te ama. Acaricio tus cabellos que se desparraman sobre mi torso, deslizo mi mano hasta tu culo, tu lengua responde al estímulo lamiendo uno de mis pezones.

Sonreímos, nos abrazamos y nos duchamos juntos con delicadeza, como si fueramos dos figuras de porcelana. Nos aplicamos gel con las manos, despacio, sin prisas. Frotamos nuestros cuerpos llenos de espuma, es una sensación maravillosa. Después el agua cálida empaña los espejos y nos besamos ocultos por el vapor. Me gustan los besos con sabor a ducha y gel de fresa.

Y tu culo se acerca a mi sexo espectante. Tus piernas se abren ante mi polla que crece cada vez más mientras acaricio con ella tus nalgas. Apoyas las manos en la pared, pones tu coño a mi alcance y te penetro, te embisto con fuerza, te follo brutalmente. Lamo con deseo intensamente tu cuello, tu espalda. Muerdo tus hombros, alcanzo con mi mano tu clítoris y lo estimulo mientras te sigo follando hasta que siento como tu orgasmo estalla cuando el mío lo hace dentro de ti disparando el tuyo hasta el infinito...

...y el agua no cesa de resbalar por nuestros cuerpos, por tus pechos, por mi espalda, por tu cabello, por mi culo y por nuestros besos.

 

 

 

Una inglesa en la playa

Una inglesa en la playa

Gracias a internet había conocido una playa genial. Una playa de verdad, donde nadie te miraba mal por ir desnudo ni por ir con bañador. Me pareció buena idea visitarla y disfrutar de los bonitos culos y tetas que podía ofrecerme el paisaje. No sabía si me iba a desnudar o iba a vestir mi bonito y favorito bañador naranja pero me parecía una buena idea visitar una playa distinta y libre.

Intentaba comprar un colchón inchable, a poder ser de color rojo. Quería adentrarme en el mar sobre él y dejarme balancear por las olas, cerrar los ojos, notar como el sol me quemaba y escuchar el rumor de la gente que está en la playa. Rubia, alta, labios carnosos. Es inglesa, creo. Habla con la dependienta. De vez en cuando mezclaba palabras en español con su infame lengua inglesa. Estaba comprando una revista de moda o algo así. Me fije en su forma de hablar y mover las manos. Llevaba toallas, deduje que iba a la playa, al igual que yo. Observé una cosa curiosa. Llevaba tacones. Me pareció curioso y morboso que una chica que va a la playa lleve tacones.

Salí de la tienda sin comprar nada. Ella salió detrás de mi. Me hice el remolón hasta quedar justamente detrás de ella y disfrutar del movimiento de su culo camino de la playa. De repente me vi a su lado, sobre la arena y con una sonrisa tonta en mi cara cuando empecé a comentar con ella lo bonita que era la playa en un triste y patético inglés que le hizo mucha gracia.

Finalmente no me quité el bañador.

Me lo quitó ella en la habitación de su hotel.

También me gusta mucho

También me gusta mucho

Mientras maria se perdía entre las sábanas de su cama de bambú, me asomé a la ventana y fije la vista en el bonito cielo estrellado. El ruido de las olas rompiendo la orilla eran una bonita melodía. Dormir desnudo, en verano con las ventanas abiertas, sobre una comoda cama de sábanas blancas muy límpias es una de las mejores experiencias que se pueden vivir. Me gusta sentir el cuerpo desnudo de una chica, me gusta sentir sus pies jugando con los mios, los besos en los hombros, en el cuello. No hablo de follar, hoy no. Hablo de otros placeres igualmente maravillosos y llenos de sensaciones. Hablo de ser rodeado por su brazo, de sentir su aliento en la nuca. Hablo de sentir sus manos en tu espalda, acariciando tu culo. De una conversación agradable mientras los dos miramos el techo y de repente uno se incorpora con energía y te abraza y te da un beso en la boca y te dice algo bonito.

Estoy un poco ñoño, ¿no?. A lo mejor sí, o no, no sé, sólo sé que me gusta lo de los post anteriores, y mucho, pero también me gusta mucho lo que acabo de escribir, y hoy, no sé por qué, lo echo mucho de menos.

Cuanto el hambre aprieta.

Cuanto el hambre aprieta.

- Tengo mucha hambre.

- No busques, no hay ningún sitio por aquí donde den comidas. Le conteste mientras le miraba las tetas.

- Jo... tengo hambre...

- No busques más, cómeme a mi.

 

 

Mi escroto

Mi escroto

Dejo deslizar maliciosamente un hilo de saliva de en uno de tus pezones.... lo acaricio, siento como mi saliva se extiende por tu piel y como tu pezón comienza a cambiar de tamaño poco a poco. Sin abrir los ojos lames tus labios, tu cuerpo se mueve, tu piel se despierta, se eriza, se calienta. Mi lengua recorre uno por uno los recovecos húmedos de tu piel llena de mi saliva, gota a gota voy conquistando tu cuello, tus pechos, ombligo, ingles, ahora tus gotas de sudor son recogidas por mi lengua.
Ahora derramas tus gotas sobre mis huevos, tu caliente saliva empapa mis pliegues, los mojas más, no estás satisfecha, los quieres más húmedos. Recorres con tu lengua las dos delicadas bolsas de mi entrepierna. Absorbes de uno en uno, jugueteas y coges el escroto entre tus dientes, lo mordisqueas, lo succionas y lo estiras con pasión.

Las tetas y el corazón.

Hace poco volví a ver las fotos de las tetas de la chica de Madrid. No recordaba que las tenía, fue una grata sorpresa volver a recordar y ver de nuevo sus tetas entre sus manos, apoyadas en sus brazos y con los pezones erectos y de un excitante color marrón. Es una chica muy sensible, me da no sé qué volver a verlas y pensar en lo mal que lo está pasando. Me siento mal y triste. Es joven, alta, guapa, inteligente, y tiene unas buenas tetas. Es gorda, sí, es gorda, y a lo mejor por eso ningún imbecil se ha enamorado de ella y le ha dado todo el amor que necesita. Creo que necesita mucho Amor, con mayúsculas. Es una buena chica. Es voluntaria en un hospital madrileño, cooperó en África y mil cosas más que no sé. 

Me sabe mal que esté pasando momentos complicados, siempre me ha caído muy bien. Ojalá se ponga bien pronto, tiene una cara llena de salud así que muy pronto estará como la rosa que es.

Cuando estuviera bien me encantaría que me la chupara mientras con uno de sus dedos gorditos me acaricia el culito.

Guapa. 

bailar y follar a la vez

Sabor latino, piel morena, no negra, pero tan morena que yo a su lado parezca de vainilla y ella de chocolate. Labios carnosos, ojos negros. Qué baile reggaton como una loca totalmente excitada, que el coño le chorree a cada nota y que su culo se mueva tanto como mi lengua entre sus piernas.

Si eres así te quiero follar.

Placeres descubiertos

Placeres descubiertos

El culo en pompa, las rodillas clavadas en el suelo y las bragas bajadas hasta los muslos. Así esperaba, arrodillada y entregada, la llegada de su Amo. Acerqué mi mano a su trasero, lo acaricié suavemente y le di una sonora palmada. Até sus muñecas con la cuerda de algodón, subí su cabeza y la acerque a mis labios. Nos besamos y escupí dentro de tu boca, a partir de ahí, las sensaciones más dificiles de sentir y de descubrir se fueron sucediendo una tras otra y cada vez con mayor intensidad.

Por fin te sentías realmente como la sumisa que siempre habías querido ser. En tu interior, cada noche, esas fantasías atormentaban tu mente, pero por otro lado te excitaba enormemente pensar en ser dominada y sentirte la perrita sumisa de un Amo que supiera darte todo lo que fantaseabas en solitario. Por fin eras humillada como querías y sentirte usada sexualmente ya era una realidad que superaba las fantasías más excitantes. Esos sueños, que a nadie contabas, ni a tu mejor amiga con la que no tenías secretos, por fin se hacían realidad. Las situaciones morbosas y enórmemente excitantes y placenteras disparaban todas las sensaciones que habían sido reprimidas durante años en sueños húmedos y silenciosos.

La sesión duró lo suficiente como para descubrir que no debemos reprimir nunca más los momentos que nos brinda el maraviloso mundo del BDSM sano, seguro y consensuado. No lo reprimas si es lo que quieres.

Pies empolvorosa

Pies empolvorosa

Unos pies suaves se introducen en mi boca llenándola de sensaciones. Beso cada rinconcito entre los dedos. Succiono, uno por uno, los diez apéndices y los dejo brillantes y lubricados. Las dos plantes de los pies cubren completamente mi cara. Resbalan despacio hasta llegar a los labios. El dedo principal, hermoso, redondeado, ocupa a mi lengua durante largos minutos de placer mútuo.

La parte superior de cada uno de los pies es el tobogán que me lleva, de nuevo, a los traviesos dedos. No queda ningún sitio por besar. No guardas ningún suspiro. Dos dedos me perforan bucalmente y abren de par en par mis labios. No puedo dejar de mamarlos. No quiero que dejen de follar mi boca.

Ahora llega el turno al pecho, el abdomen y mi polla erecta se acopla entre las dos plantas de tus pies, que ya no dejarán de moverse rítmicamente hasta que fluya desde mi interior todo mi deseo.

disfruta de este video

Sé mi amor

Sé mi amor

Sé un volcán. Sé calor.

Olvida entre las sábanas tus prejuícios de niña buena.

Pide, grita, jadea. Sonrie y muerde.

Sé una perra, resuella, suda.

Gime, mete la mano ahí, deslízate hasta ahí.

No frenes tu deseo animal, sé el deseo.

Sé una delicia, sé mi amor.

En el amor existe lo único que mereces.


3

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Un pene erecto. Dos penes erectos. Todavía vestida y de pie en el centro de la habitación. Un salón minimalista, con su televisión pequeña y un sofa lleno de cojines. Poco más si exceptuamos dos cuadros insinuantes de curvas femeninas. Las cuatro manos masculinas estan todavía lejos de ti. Se centran en sus propios cuerpos. Me gusta tocarme. A él también. A ti te gusta mirarnos. Mis manos no cesan de resvalar por mi pecho. Pellizco mis pezones. Paso las llemas de mis dedos por el cuello. Acaricio con las dos manos a la vez mis nalgas y las separo a la vez que las sujeto con violencia. Él también se toca. Mucho mas ansioso que yo. Escupe sobre las palmas de sus manos y se frota con ellas los huevos.

Ella mira deseosa de sexo y placer. Descalaza los pies y sus bonitos dedos me excitan especialmente. El pantaloncito corto se desliza hasta ael suelo. Los senos asoman oprimidos por un sencillo sujetador blanco. En ropa interior se acerca a nuestros cuerpos. Nos acaricia las nucas. Mete un dedo en cada una de nuestras bocas y después introduce esos mismos dedos en su boca. Saborea. Se excita. Se arrodilla y saca la lengua adornada con un brillante piercing.

Los dedos se humedecen en el coño para introducirse poco a poco en el culo, uno primero, después el otro. 20 dedos para ti. Dos lenguas pegadas en el cuerpo femenino y suave de ella. Das un respingo, se retuerce, se convulsiona. Se relaja y vuelta a empezar. Un orgasmo detrás de otro. Nos coordinamos mejor que si estuviera preparado. Es el instinto del ser humano. Estamos hechos para disfrutar de nuestros cuerpos. Introducir dos dedos, girarlos dentro, abrir tu sexo, y sin esperar más, cambio de posición. Tirada en el suelo, abierta, ofreces el coño abriéndolo con las manos. Te pones a cuatro patas, acariciamos todo, nos hundimos y nos sentimos invadidos de gozo sano y extremo. Recomendable.

 

pic by Samantha Wolov

 

Confesiones





A veces tengo ganas de que me laman. Sólo eso. A veces las chicas acceden porque deben pensar que de esa forma me voy a excitar y me las voy a follar. Se equivocan. Sólo quiero relajarme y olvidarme de todo. Yo estoy quieto, ensimismado en mis pensamientos. Cierro los ojos y me pierdo en mis dudas eternas sobre que pantalón nuevo comprarme o si me dejo las patillas largas o cortas. La sensación de la lengua sobre mi piel me produce pequeños micro-orgasmos cerebrales. Es realmente maravilloso. Con el paso de los minutos, la lengua tiende a perder saliva y se reseca un poquito. Siempre les pido que escupan sobre mi piel y después sigan lamiendo mientras lubrican la lengua con su propia saliva.

Wait

Desnudo y excitado bajo el sol.

Esperándote.